Diagnóstico

1. Actores clave en la gestión del recurso hídrico en Cuenca


A continuación, se presentan la lista de actores clave identificados en la gestión del agua en Cuenca a nivel nacional y regional y considerando el ámbito público y privado.

2. Diagnóstico del uso y consumo de agua, y evaluación de la huella hídrica.

El consumo total de agua para el año 2019 fue de 35.287.314 m3 y en el año 2020 de 35.557.857 m3, siendo el sector residencial el de mayor consumo en ambos años con 78% y 81% del total, respectivamente. El principal consumo de agua en el sector es agua facturada distribuida a través de la red de acueducto (96%) y solo el 4% es obtenido de otras fuentes de agua, principalmente de forma directa de los ríos y pozos, en áreas rurales alejadas.

A continuación, se realiza un análisis comparativo del consumo de agua en los tres años de evaluación presentados en este informe.

Las proyecciones poblacionales (INEC, 2010) del Cantón indican que para el año 2020 se contaba con 636.996 habitantes y el consumo de agua per cápita fue menor respecto a todos los años de evaluación anteriores, con 55,8 m3 al año. Por su parte, el año 2019 el Cantón contaba con 625.775 habitantes y un consumo per cápita de 56.4 m3 al año. El año 2016, Cuenca contaba con 589.563 habitantes y cuenta con un consumo per cápita de 57,2 m3 al año, el más alto de los años evaluados. Así podemos observar que aunque el consumo de agua haya aumentado durante los últimos años, el consumo de agua per cápita disminuyó.

Ecuador dada su condición de país en vías de desarrollo, es altamente vulnerable a factores externos de diversa índole. Se espera que el cambio climático exacerbe las condiciones hídricas, agravando el acceso al agua de la población, en especial en las zonas más vulnerables. Desde una visión de corresponsabilidad, es importante promover la participación del estado, industrias, comercios y población en general, en esquemas de colaboración público – privados que permitan la implementación y sostenibilidad de proyectos de protección, recuperación y conservación de fuentes de agua, tratamiento y reutilización de agua residual, prevención de la contaminación, etc.

La Huella Hídrica (HH) es un indicador multidimensional de apropiación (uso, consumo y contaminación) de recursos de agua dulce, que contempla el uso directo, aquel que un consumidor o productor realiza de tal forma, e indirecto que se refiere al volumen de agua de toda la cadena de producción de un bien o servicio. También considera 3 tipos de huella:

- Azul: Es el volumen de agua superficial y subterránea consumida como resultado de la producción de un bien o servicio que no vuelve a la cuenca de la que fue retirada.
- Verde: Es el volumen de agua de lluvia consumida durante el proceso de producción particularmente relevante para los productos agrícolas y forestales.
- Gris: Es el volumen de agua dulce que se requiere para asimilar la carga de contaminantes existentes sobre la base de los estándares ambientales de calidad de agua.

Para el presente estudio se hizo una distinción entre la huella que genera el efluente que sale de la planta de tratamiento Ucubamba, la huella generada por los efluentes que no están conectados al alcantarillado sanitario y en consecuencia tampoco reciben tratamiento, y la huella generada por los efluentes de los distintos sectores que son vertidos directamente a cauces de ríos sin ningún tratamiento previo.

La Huella Hídrica en 2019 tuvo un volumen de 157, 6 millones de m3, y en 2020 tuvo un valor de144,2 millones de m3. Estos volúmenes son equivalentes al volumen de agua que consumieron los habitantes esos años, multiplicados por 4,4 en 2019 y 4 en 2020. En cuanto a la contaminación generada y expresada en términos de HH gris, se requerirían 4,2 litros de agua para diluir la carga contaminante por cada litro de agua utilizada en 2019 y 3,9 litros en 2020. Las siguientes figuras presentan los resultados de la huella por tipo.

La huella gris representa el 94% del total para 2019 (147,7 millones de m3) y 93% (134,3 millones de m3) para 2020, 5% para la huella azul (7,6 millones de m3 en 2019 y 7,5 millones de m3) y 1% la huella verde en 2019 (2,3 millones de m3) y 2% para 2020 (2,3 millones de m3).

Respecto a las subdivisiones de la huella gris se observó que la huella de la PTAR Ucubamba es el tipo de huella más importante, la cual tuvo una disminución de 87,8 millones de m3 (56%) en 2019 a 72,9 millones de m3 (50%) en 2020. La huella correspondiente a falta de alcantarillado disminuyó de 33,6 millones de m3 en 2019 (21%) y de 33,5 millones de m3 (23%) en 2020, y la huella de alcantarillado sin tratamiento aumentó de 26,3 millones de m3 (17%) en 2019 a 27,8 millones de m3 (19%)

El sector residencial tiene el mayor aporte a la huella por sectores por mucho; los sectores comerciales, público e industrial juntos representan menos del 10%. Solo el sector público presenta los tres tipos de huella, ya que incluye la huella verde generada por el riego a las áreas verdes de la ciudad.

Se cuenta con tres inventarios de huella hídrica, cada uno con contextos diferentes. El año 2016 la huella hídrica fue de 87,9 millones de m3, posteriormente en 2019 la huella creció a 157,6 millones de m3 y en 2020 disminuyó a 144,2 millones de m3. Entre 2016 y 2019 la huella creció en 69,6 millones de m3 un incremento promedio del 26% anual, sin embargo, entre 2019 y 2020 la huella en lugar de crecer redujo 8% (13,3 millones de m3), esto debido al contexto de la pandemia por la pandemia de COVID-19 que provocó el cambio en la dinámica de las actividades en todos los sectores, en especial los comercios e industrias.

El aporte de los diferentes sectores en los años de evaluación remarca la reducción de la huella del sector público entre 2016 y 2019 en 39% (3,3 millones de m3) y del 8% entre 2019 y 2020 (386 mil m3). El sector comercial tuvo un crecimiento de más del doble de huella en 2019 respecto al 2016 (3,9 millones de m3) y posteriormente una reducción del 36% entre el año 2019 y 2020 (2,6 millones de m3). En 2016, el sector residencial tuvo un aporte del 83% a la huella total, sin embargo, en el año 2019 el aporte del sector residencial creció representando el 90% de la huella anual, y en 2020 este sector tuvo un aporte del 91%. Por su parte el sector público que en 2016 tenía un aporte del 10% a la huella anual, en 2019 y 2020 pasó a tener un aporte del 3%. El sector comercial tuvo variaciones en cada año de evaluación, en 2016 representaba el 4%, en 2019 el 5% y en 2020 el 3%.

Considerando que el periodo 2016 – 2019 fue regular y por tanto la huella hídrica creció regularmente las barras azules presentan la proyección de crecimiento anual. El año 2020, en el contexto de la pandemia de la COVID 19, la huella hídrica redujo en 20% respecto a la proyección para ese año.

3. Análisis y evaluación de la vulnerabilidad climática


La vulnerabilidad al cambio climático de una región mide el grado de incapacidad para presentar una respuesta efectiva a los impactos del cambio climático (IPCC, 2013). Con el fin de evaluar la vulnerabilidad de la ciudad de Cuenca con respecto a la disponibilidad de agua para abastecer a su creciente población, se analiza las amenazas climáticas y sus implicaciones para el sistema que permite disponer de agua, en este caso de las cuatro cuencas hidrográficas que proveen el agua a la ciudad de Cuenca (Yanuncay, Tomebamba, Culebrillas y Machángara) para el periodo actual (1981 a 2015) y futuro (2016 a 2040).

Vulnerabilidad actual: La síntesis indica que la disponibilidad de agua en Cuenca presenta muy baja exposición al cambio climático, es igual en todas las áreas de aporte excepto en de Machángara donde es superior al resto y entra en ligeramente en baja. Por su parte, la sensibilidad a nivel global es media y la capacidad de adaptación es baja, ésta última presenta ligeros matices que la aproximan a la categoría media en Machángara, Tomebamba, y Yanuncay.

Vulnerabilidad futura: Se considera que a futuro la exposición global al cambio climático será baja, sin embargo el mayor riesgo es la exposición a altas temperaturas, principalmente en Machángara, Culebrillas y Yanuncay. Respecto a los datos observados en el período actual (1981-2015), el aumento será de hasta 15 días más en el 44% del territorio y de hasta 30 días el 56% del territorio restante. También se espera que el número de días al año con lluvias extremas aumente con respecto a los datos observados en el período actual de hasta 6 días más en el 85% del territorio y de hasta 15 días en el 15% del territorio restante, este último en la subcuenca del Yanuncay.

Aunque el nivel de vulnerabilidad al cambio climático del sistema analizado es bajo, puede ser oportuna la adopción de medidas bajo el principio de precaución ya que un sistema robusto tendrá mejores condiciones de responder a los efectos del cambio climático en el largo plazo, es decir más allá del período analizado (2016-2040). Esto amerita acciones en torno al nivel de sensibilidad y la capacidad de adaptación. El fortalecimiento institucional es un factor determinante para generar capacidad institucional que permita alcanzar la gestión integral, sostenible y participativa del agua en Cuenca.

4. Conclusiones


Tomando en cuenta las proyecciones presentadas, algunas medidas que se puede proponer e implementar por parte del GAD-M Cuenca son las siguientes:

- Disminución de la sensibilidad debida a factores sociales, específicamente de infraestructura, tales como vivienda y cobertura de servicios básicos.
- Aumento de la capacidad adaptativa a través de medidas de gobernanza y de fortalecimiento de las capacidades de la población para gestionar los riesgos climáticos.
- Investigación con mayor profundidad acerca de los sistemas actuales relativos a la infraestructura en la zona rural, que permita comprender de mejor manera la sensibilidad y el nivel de exposición.
- Fortalecimiento de la gestión del riesgo de inundaciones a través del incremento de la capacidad de la red pública de alcantarillado y otros sistemas de conducción y evacuación del agua lluvia.
- Implementación de medidas de prevención de remoción de masas tales como reforestación e infraestructura de contención.
- Fortalecimiento del control de la expansión urbana, con énfasis en las zonas con mayor susceptibilidad a remoción de masas.
- Profundización del análisis acerca del modelo urbano de desarrollo actual y cómo está incrementando la vulnerabilidad de la población, en especial en las zonas de expansión urbana, además de ser parte de la presión a los ecosistemas locales y en general a los sistemas que sostienen la vida en el planeta.

Finalmente, existen muchos actores involucrados que requieren articularse y coordinar permanentemente para lograr una gestión adecuada del recurso hídrico. En ese sentido la Comisión de Gestión Ambiental y ETAPA juegan un rol clave articulador como principales gestores y administradores del territorio y del agua en la ciudad de Cuenca.